¿Alguna vez has escuchado el término Demencia Senil?
Por Dr. Melchor Rivera
Te cuento que es un término mal utilizado y hasta cierto punto discriminatorio; no todas las personas que envejecen presentan demencias. En este artículo te daré un panorama de cómo abordamos los problemas de memoria en la persona mayor y cuándo acudir por ayuda especializada.
Durante el envejecimiento se presentan normalmente cambios estructurales y funcionales en el sistema nervioso que pueden dar como resultado una respuesta más lenta en el procesamiento de la información respecto a edades jóvenes; sin embargo, no podemos afirmar que la demencia es compañera invariable del envejecimiento.
Las demencias son el conjunto de patologías o afecciones con un impacto en las funciones cognitivas como la Memoria, la Orientación, la Atención y el Lenguaje. Se presentan como un síndrome clínico caracterizado por un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, el estado mental y la conducta social.
Del conjunto de demencias la más prevalente en la persona mayor es la Enfermedad de Alzheimer; la misma puede guardar relación a factores genéticos (en menos de un 10%), ambientales y secundario a enfermedades crónicas de origen metabólico y cardiovascular como la Diabetes Mellitus, Hipertensión Arterial, Cardiopatías, entre otras.
Clásicamente en la fisiopatología de la Enfermedad de Alzheimer se describe la muerte de las neuronas por depósito de proteínas (beta amiloide y Tau), afección del neurotransmisor Acetilcolina, pérdida de la sinapsis o comunicación entre neuronas, inflamación; con la consecuente degeneración de poblaciones neuronales que finalmente tienen un impacto o manifestación clínica en las funciones de la vida diaria.
Luego de descartar causas reversibles es importante realizar estudios de imagen como la Resonancia Magnética, que nos ayuda a caracterizar la anatomía del cerebro pudiendo ver cambios con tendencia a la atrofia (cerebro más pequeño de lo usual) o cambios isquémicos que también pueden ser causa del deterioro neurocognitivo. Otro estudio que nos permite verificar el funcionamiento de las ondas cerebrales es el electroencefalograma, ayudándonos a descartar que ese problema de memoria no se trate de actividad epiléptica.
Las modalidades terapéuticas en los pacientes con Deterioro Neurocognitivo en general se pueden dividir en No Farmacológicas y Farmacológicas.
Las intervenciones No Farmacológicas son la base de tratamiento y se enfocan en estimular, mantener o mejorar la capacidad mental y el rendimiento cognitivo, fortalecer la integración con el entorno y las relaciones sociales, mejorar la autoestima, minimizar el estrés y reacciones psicológicas anormales, mantener y mejorar el rendimiento funcional, dar seguridad y autonomía personal.
Iniciando por realizar actividad física regularmente (150 minutos a la semana de ejercicio cardiovascular), una dieta adecuada (libre de alimentos proinflamatorios), mejorar la calidad del sueño (durante el sueño REM o reparador se depuran las sustancias inflamatorias del metabolismo cerebral) e intervenciones de estimulación cognitiva (rutinas de ejercicios mentales preferentemente diseñadas por un profesional de. Neuropsicología); logramos mejorar puntos en pruebas de rendimiento mental y ayudamos a que nuestros pacientes logren una mejor adherencia a los medicamentos que posteriormente se indicarán.
Créditos: Salud Panamá
Las intervenciones farmacológicas son variadas y tienen como meta mejorar los procesos neuroquímicos que ayudan al procesamiento de la información. Medicamentos como inhibidores de colinesterasa, antagonistas del receptor NMDA pueden ayudar a retrasar el curso de la enfermedad, prolongando así el inicio de un mayor deterioro. Terapias biológicas actualmente en estudio dan luces a mejorar el abanico de opciones farmacológicas de esta patología.
Finalmente es importante destacar la atención integral centrada en el paciente y su entorno. Los familiares y cuidadores deben recibir la educación necesaria para empoderarlos de conocimiento; repasar en cada consulta las intervenciones, reforzar la sensibilidad hacia ese paciente que puede tener momentos de confusión y de lucidez pero que con una guía adecuada tengamos como meta mejorar su calidad de vida de la mano de sus seres queridos.